En el vibrante escenario de la edición número 17 de Sabor Barranquilla, un evento que este 2024 continuó celebrando la rica tradición culinaria del Caribe colombiano, hubo un espacio para aquellos que con creatividad e innovación están transformando el panorama gastronómico y la cultura de la región.

Este año Sabor Barranquilla no podía dejar de convertirse una vez más en una plataforma donde los emprendedores pocos conocidos, pero con propuestas únicas y valiosas, tuvieron la oportunidad de mostrar a locales y visitantes sus creaciones.

En un evento que año tras año ha reunido a los grandes nombres de la cocina, estos cinco emprendedores llamaron la atención de muchos, demostrando que la innovación y el amor por la cultura pueden ir de la mano para crear propuestas realmente diferenciadoras.

Cada uno de estos emprendimientos trajo consigo una historia única y una propuesta que, aunque emergente, no pasó desapercibida. Tal es el caso de ‘Amalfi Pirograbados’, una iniciativa que ha venido consolidando el arte de tallar y quemar la madera en Barranquilla.

“Nuestro trabajo está basado en tablas de madera en cedro, las cuales son organizadas y desarrolladas por mi familia y por mí. Somos un grupo bastante unido que se dedica a elaborar estas hermosas tablas. Tenemos 7 años en el mercado y estamos súper felices de estar participando nuevamente en esta feria”. Katerine Amalfi, artesana creativa.

Entre los que más destacaron, se encontraba también ‘Tajamares’, un restaurante de mariscos que con el objetivo de fusionar a su estilo los sabores del mar y el río, presentó a la comunidad una nueva forma de comer pescado como un snack.

“Nos encontramos en Sabor Barraquilla con una innovación. Un cono de tajamares de pescado tostado acompañado de una salsa tropical de corozo y mango. Como somos del Caribe acá manejamos el pescado y era bueno traer una innovación buena y algo fácil de llevar por todos”, indicó Kevin Manjarrés, auxiliar de cocina.

‘Arcillas de Puerto Alegre’ por su parte, sorprendió con modelaje de arcilla en vivo, una apuesta traída directamente desde Ponedera, Atlántico, que utiliza “barro” del río magdalena para crear piezas únicas que llevan consigo tradición.

“Este emprendimiento es tradición de mis abuelos. Y ahora tenemos una fundación con Gases del Caribe y son los que nos tienen en esta feria. Me siento feliz, muy contenta, no esperaba estar aquí, pero gracias a Dios estamos”, dijo Beatriz Sossa, artesana de ‘Arcillas de Puerto Alegre’.

Otro de los emprendimientos que llamó la atención, vino directamente desde Caparrapí, Cundinamarca, para deleitar a la comunidad con un café diferente, que se destacó principalmente por ser un café 100% orgánico.

“Este café se da en el pilo de la cordillera y tiene un nivel de altura del mar de 1.600 metros. Es un proceso que se hace totalmente artesanal y orgánico, sin preservantes ni aditivos. En nuestra finca también hay plantación de caña de azúcar, arbustos de naranjo y aguacate. Todos estos nutrientes los absorbe nuestra plantación y le dan ese toque dulce que tiene, convirtiéndolo en un café de alta calidad”, expresó Johanna Quejada, emprendedora y vocera de Kapy Café.

Asimismo, con una idea completamente fresca, pero con una ejecución impecable a la hora de vender, ‘Platanito Tostón’, una iniciativa liderada por el venezolano Jhoan Tostón, logró no solo atraer la mirada de los visitantes, sino también abrir nuevas puertas para su crecimiento al dar a conocer el objetivo detrás de este.

“Mi emprendimiento, mi sueño es que crezca para poder seguir ayudando a los discapacitados y a personas con cáncer y diabéticos. Esta es una oportunidad que me dio el Sena para mostrarle al público de Barranquilla nuestro emprendimiento”, aseguró este joven emprendedor.

Estos cinco emprendimientos, a través de sus productos, sus historias y su incansable búsqueda por destacar, han dejado claro que Sabor Barranquilla es un espacio donde los sueños de los pequeños empresarios pueden hacerse realidad.

Este último día de feria no solo marcó el cierre de una edición más de Sabor Barranquilla, sino también el inicio de un camino lleno de oportunidades para estos visionarios. Porque en la cocina, como en la vida, siempre hay espacio para la innovación.